"Comer limpio" es otra de las cosas populares hoy en día. Pero esta búsqueda por querer hacer la mejor dieta o querer "comer lo más limpio posible" está creando más problemas. Las dietas crónicas no son sostenibles y conducen a una gran cantidad de problemas, como trastornos de la alimentación, preocupación por los alimentos y el cuerpo, estigmas alrededor del peso y, en la mayoría de los casos, el famoso efecto rebote- ganancia de peso. Como resultado, las personas están cansadas de hacer dieta y, al mismo tiempo, están aterrorizadas de comer, y tienen una relación poco saludable con los alimentos.
Aquí te dejo 5 tips que puedes empezar a implementar en tu día a día para recuperar tu relación con la comida y alcanzar una salud óptima que no solo abarca la parte física pero también la parte mental.
Rechaza la mentalidad de dietas
Una de las primeras cosas para poder sanar nuestra relación con la comida es olvidarnos de dietas extremas y cambiar nuestra mentalidad. Probablemente una de las rozones por las cuales no has logrado tus objetivos es por el hecho de seguir algo muy extremo que no permite flexibilidad en tu vida y si no hay flexibilidad, no hay consistencia. Además las dietas crónicas afectan tu salud psicológica y bienestar. El hecho de bajar de peso rápidamente y luego volver a ganarlo de una manera continua como una montaña rusa, no es para nada saludable físicamente.
Puede ser que no estés siguiendo una dieta pero tu mente continúa en el hábito de seguir utilizando un lenguaje alrededor de la comida que es alarmante y extremista. Entonces, enfócate en crear hábitos y en dejar a un lado esos pensamientos "oscuros".
Honra tus señales de hambre
Sentir “hambre” es una señal biológica natural que te permite saber cuando tu cuerpo necesita energías. Muchas personas ven el hambre como el “enemigo”, algo que hay que luchar, ignorar o engañar. Ignorarlo no es la solución. Nuestro metabolismo esta conectado junto con estas señales. ¿Que quiero decir con esto? Al no responder adecuadamente a estas señales que nuestro cuerpo nos está diciendo ( dándole energías/comida), nuestro metabolismo puede ser afectado haciéndolo menos eficaz. ¡Alimenta a tu cuerpo cuando te lo pide! No te dejes engañar por mensajes que dicen “maneras de saciar el hambre sin comer”.
Haz las paces con la comida
No puedes hacer las paces con tu alimentación al declarar una guerra contra tu cuerpo o poner una lista "negra" de alimentos. Prohibirte alimentos específicos puede tener un efecto que provoque un exceso/atracón de ese alimento- pensamientos intensos de privación alrededor de ese alimento en particular que has declarado "imposible en tu dieta". Una buena solución es incluir de vez en cuando esos alimentos que has prohibido por mucho tiempo por "miedo" a consumirlos. De esta manera no sólo eliminas esas sensaciones intensas de tentación y privación, pero también vas mejorando poco a poco tu relación con la comida.
Desafía tu voz interna "oscura"
"Nunca debería de comer carbohidratos durante el día, aunque se me antoje"
"Esta mal consumir pan y pasta como carbohidratos"
"Necesito buscar la dieta perfecta"
"Las grasas en la comida me harán engordar
Estás son algunas de las frases que más hacemos y que a menudo no nos deja vivir en paz mental con nosotros mismos y con la comida. Tu mente se llena de pensamientos negativos. La solución es analizar estas "creencias"-el origen y el impacto que tiene en nuestra vida.
Siente tus señales de llenura y satisfacción
Así como sentir tus señales de hambre, tus señales internas de llenura y satisfacción son igual de importantes. Una de las cosas que hace difícil conectarnos con nuestro cuerpo para sentir estás señales es la distracción. Comer mientras vemos televisión o el celular. La mejor manera es estar presente en el momento y así conectarnos con nuestras señales internas ( ¿estoy verdaderamente llena/o ?). Al mismo tiempo algo que tienes que tomar en cuenta es el factor de la satisfacción. Puede que te hayas quedado llena/o pero no satisfecha/o. Comer un bowl lleno de vegetales puede dejarte lleno pero no satisfecho. Y si no estás satisfecho con lo que comiste, seguirás buscando más alimentos para satisfacerte sin importar que tan lleno estés. Solución: busca esa conexión entre la nutrición y quedar satisfecho con lo que comes.