¿La Soya es mala para la salud?
Otro de los grandes mitos en el mundo de la nutrición es la idea de que el consumo de soya es malo para tu salud. Como Nutricionista y Dietista mi trabajo es informar bien al público basando mis recomendaciones en la ciencia actualizada- no en anécdotas o en "afirmaciones" que dice Google. Parte de mi educación ha sido estudiar y entender como leer los estudios científicos, como interpretarlos, y analizarlos. En este blog te explicaré lo que dice la ciencia en cuanto al consumo de soya y salud.

Primero empecemos con una explicación de la soya: es una alternativa buena desde una perspectiva nutricional, tanto para el remplazo de proteína animal y excelente opción para deportistas veganos que buscan ganar masa muscular. La incorporación de alimentos a base de soya (leche de soya, tofu, tempeh, edamames) ayuda a incluir proteína, hierro, calcio y grasas saludables en tu alimentación. A diferencia de la mayoría de carnes y productos lácteos, la soya contiene relativamente poca grasa saturada.

Ahora, el "terror" y la mala reputación que ha recibido la soya es porque contiene compuestos (isoflavonas) que imitan los niveles de estrógeno y se ha llevado esta idea de que la ingesta afecta profundamente los niveles de hormonas en el cuerpo, y por lo tanto, debe evitarse.

¿Qué dice la evidencia científica?

No hay evidencia sólida ( y de alta calidad- los estudios se clasifican por calidad y diseño) que haya encontrado un efecto directo de la soya afectando los niveles hormonales. Gran parte de la preocupación por los posibles efectos perjudiciales del consumo de soya vienen de estudios hechos en ANIMALES que los exponían a GRANDES cantidades de isoflavonas. El metabolismo de la soya difiere ente humanos y animales y estos resultados no se han replicado en estudios HUMANOS. Además, en estos estudios hechos en animales utilizaron una GRAN cantidad de isoflavonas, lo cual no es algo realístico o representable del consumo habitual/normal de los humanos. Los estudios citados en los medios no son aplicables a los seres humanos, no son concluyentes, o tienen una calidad inaceptable para respaldar la afirmación de que la soya es mala para la salud.

Tomé el tiempo de recopilar estudios agregados de buena calidad y meta-análisis que demuestran una efecto positivo del consumo de soya: 

 En general, el consumo de soya parece estar asociado de manera inversa con el riesgo de cáncer de mama en mujeres asiáticas (una asociación inversa quiere decir que mientras una variable es mayor- en este caso el consumo de soya- la otra variable se reduce). No encontraron asociaciones en mujeres de los países occidentales (1 ,2, 3, 4). 

 Los autores de un meta-análisis de 22 estudios sobre el riesgo de cáncer de mama y la dieta en mujeres chinas concluyeron que el consumo de soya se asocia con una reducción de 32% en el riesgo de cáncer de mama (4). 

 En un meta-análisis de 35 estudios de la asociación entre la ingesta de isoflavonas de soya y el riesgo de cáncer de mama, los investigadores encontraron que las isoflavonas de soya tienen un efecto protector  en mujeres pre- menopáusicas como post-menopáusicas en países asiáticos. Los autores encontraron una modesta reducción del riesgo de 8% en mujeres post-menopáusicas en los países occidentales (2). 

 Los investigadores encontraron en un gran meta-análisis que investigaba la ingesta de isoflavonas de soya y el riesgo de cáncer de mama en 11,169 casos y 648,913 participantes, que las mujeres con un alto consumo de soya en la dieta tienen un menor riesgo de cáncer de mama-estadísticamente significativo (5).

 El consumo de soya también podría ser beneficioso para los pacientes con cáncer de mama y para los sobrevivientes, posiblemente reduciendo el riesgo de recurrencia y mortalidad de cáncer de mama (6). 

 En un estudio de un año, 17 de las 34 mujeres consumieron una cantidad de isoflavona equivalente a 250 g de tofu por día. Sus niveles naturales de estrógeno no disminuyeron en absoluto en comparación con el grupo de mujeres que comían una dieta "normal" (7).

Conclusión

No te estoy diciendo que ahora en adelante tienes que sólo consumir soya. Mi propósito es informar bien al público y dar recomendaciones basadas en evidencia. 

Una vez más, creo que la introducción del consumo moderado de soya en lugar de proteínas animales es un paso muy práctico que la persona promedio puede tomar diariamente para mejorar su salud a largo plazo. Además tiene un excelente perfil nutricional ya que aporta con proteína de alta calidad, calcio, y hierro especialmente para deportistas vegetarianos o veganos. 

REFERENCIAS

1. Butler, L. M., Wu, A. H., Wang, R., Koh, W. P., Yuan, J. M., & Yu, M. C. (2010). A vegetable-fruit-soy dietary pattern protects against breast cancer among postmenopausal Singapore Chinese women. American Journal of Clinical Nutrition91(4), 1013-1019. doi:10.3945/ajcn.2009.28572

2. Chen, M., Rao, Y., Zheng, Y., Wei, S., Li, Y., Guo, T., & Yin, P. (2014). Association between soy isoflavone intake and breast cancer risk for pre- and post-menopausal women: A meta-analysis of epidemiological studies. PLoS One9(2), e89288. doi:10.1371/journal.pone.0089288 

3. Magee, P. J., & Rowland, I. (2012). Soy products in the management of breast cancer. Current Opinion in Clinical Nutrition & Metabolic Care15(6), 586-591. doi:10.1097/MCO.0b013e328359156f

4. Wu, Y. C., Zheng, D., Sun, J. J., Zhou, Z. K., & Ma, Z. L. (2015). Meta-analysis of studies on breast cancer risk and diet in Chinese women. International Journal of Clinical and Experimental Medicine8(1), 73-85.

5. Zhao, T., Jin, F., Li, J., Xu, Y., Dong, H., Liu, Q., ... Miao, Z. (n.d.). Dietary isoflavones or isoflavone-rich food intake and breast cancer risk: A meta-analysis of prospective cohort studies. Clinical Nutrition (Edinburgh, Scotland). doi:10.1016/j.clnu.2017.12.006 

6. Takagi, A., Kano, M., & Kaga, C. (2015). Possibility of breast cancer prevention: Use of soy isoflavones and fermented soy beverage produced using probiotics. International Journal of Molecular Sciences16(5), 10907-10920. doi:10.3390/ijms160510907

7. Maskarinec, G., Williams, A. E., Inouye, J. S., Stanczyk, F. Z., & Franke, A. A. (2002). A randomized isoflavone intervention among premenopausal women. Cancer Epidemiology and Prevention Biomarkers, 11(2), 195-201.

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